domingo, 8 de junio de 2008

Para todo emprendedor, los clientes serán el principal activo pero también el principal problema.
De la acogida que tengan sus clientes dependerá el éxito o fracaso de un proyecto de emprendimiento, por lo tanto, los clientes son uno de los factores más importantes en todo proyecto, tanto que sin ellos ningún proyecto es viable.
Pero a la vez que sus clientes son la razón de ser de su proyecto, también serán el principal problema que se deba afrontar.
Bien sabemos que en lo posible, se debe cumplir aquella máxima que dice que el cliente siempre tiene la razón, el cliente es el rey, y en verdad que si lo es, puesto que sin ellos no habrá ningún proyecto viable.
Como al cliente hay que consentirlo, hay que esforzarse por conseguirlo, en ocasiones es necesario venderles a crédito, y es aquí cuando su cliente se convierte en un problema, más que en una solución.
Lo más seguro es que su cliente, además de pedir descuento y crédito, no pague oportunamente. La gran mayoría de los clientes, incluyendo grandes empresas supuestamente serias, nunca pagan sus deudas en la fecha en que se comprometen.
Si usted va a vender a crédito, es mejor que tenga una muy buena liquidez porque el cliente le pagará cuando se le antoje, y si se presiona posiblemente se perderá el cliente y también la deuda.
Algunos clientes no pagan porque tengan problemas de liquidez sino simplemente por capricho, porque quizás tienen algo mejor en que invertir que pagar sus deudas.Este problema se acentúa mas cuando se es un emprendedor que trata de sobrevivir en un mercado exigente, y parece que los clientes se enteran de ello y aprovechan para abusar del pobre emprendedor. A este tipo de clientes hay que rogarles para que compren y luego rogarles para que paguen, pues creen que le están haciendo un favor al comprarle a crédito.
Hay que prepararse para afrontar este tipo de problemas. Y no se trata de una preparación financiera, sino en lo referente a la atención al cliente, puesto que será seguro que usted se verá tentado a “mandar al diablo” a ese cliente irresponsable que nunca paga ni cumple compromisos, pero desde luego que no lo puede hacer, a no ser que tenga una muy buena alternativa de mercadeo.
Hay que definir estrategias para afrontar estas situaciones, y tendrá que implementar mecanismos de control y evaluación de este tipo de clientes, que le permitan controlar su costo de oportunidad, porque en el momento en que el cliente por su retardo en el pago empiece a generar pérdidas, se debe prescindir de él sin vacilaciones.
Deberá aprender a evaluar y seleccionar sus clientes y a tomar decisiones firmes cuando sea necesario y las circunstancias lo permitan.

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